jueves, 22 de octubre de 2009

Lo único que me falta para ser feliz es tu presencia. Con solo un abrazo tuyo...


Hoy no quiero hablar de mí.

No son las diez de la noche; y mi cerebro no se hinchó por la cebada, tampoco Julia quiere crecer, sé que no eres la tía Chofi. Es solamente que quiero recordarte. Quiero que sepas lo que eres para mí; eres mi conglomerado de defectos favorito.

Sos el ronquido que aturde mi insomnio observándote. Eres el la lágrima y el sentimentalismo inesperado cuando realmente no es necesario. Eres mi 1100 favorito, eres el rostro inclinado que más amo. Eres el fogón que calienta mi café; eres mi Chabela Vargas líquida saliendo de mis lagrimales y muriendo en mi boca. Eres mi comida de toda la semana; eres el cacaraqueo de las gallinas interrumpiendo mis palabras, eres; a falta de las manos masculinas mi caña pelada lista para ser chupada. Eres tu presencia en cada año más de vida. El chile ancho para mis moles. Eres el sonido de la lira para mi inspiración.

Un momento; ¡no quería hablar de mí! Pero no puedo. Hablar de ti sin mi; no existe. De que me serviría tu dulzura; tu amor; tus palabras de aliento; tu preocupación por mi bienestar; si no fueras para mí. De que me serviría el hecho de que creas en mis sueños; si no anhelara alcanzarlos por ti.

Un día pensé que Dios te puso en mi camino para ser la luz que iluminara mis días; creí que él te había puesto para dar motor a mi vida; cuándo reaccioné, recodé que ese ser no existe.
Por eso llegué a la conclusión de que estas aquí porque eres el gas para mi auto, eres la amarga bilis para mi hígado; eres el intestino grueso para completar el delgado, eres la neurona para mi cerebro; la columna vertebral de mi cuerpo; la uña enterrada que por más que la corte; inevitablemente vuelve a crecer. Eres la luna que vive enamorada del sol, y solo en el eclipse puede reventar para amar.

Doy gracias; no a Dios, no a la vida; no a la genética; no al destino ni a las circunstancias; te doy gracias a ti por dejarme ser parte de tu vida, por quererme como a nadie más.

Te amo; que cuanto te amo? Te amo no mucho; no bastante, te amo lo suficiente. ¿Qué cuanto es suficiente? Suficiente es tener las fuerzas para sumar restando; para amar llorando; como te amo a ti, sin tiempo ni espacio.

*Sanlo*

No hay comentarios: