miércoles, 4 de noviembre de 2009

El pez que por tu boca no muere…



¿Quien dijo que el jardinero solo cultiva flores? El jardinero también cosecha espinas… Y, ¿Qué con poder del martillo para clavar? Si su cabeza giramos, verás que también clavos puede sacar… Y las lágrimas; no solo son para dolor plasmar, si observas, también felicidad pueden significar. ¿Acaso el payaso no puede llorar?
La vida, solo es el camino al final; hasta la muerte llegar, y ¿el amor? ¿Sin dolor? Jamás existirá.

Yo tampoco soy lo que crees; ya no soy la ceniza de tu fuego; tu fuego que por más que ardió; nunca calentó, ya no soy el polen de tu flor, ni el limón para tu sal, ya no soy el suspiro que por ti se sentirá, la poeta que por ti brotará; la lengua que por la tuya se moverá, ni el himen que por ti se romperá.

Tú tampoco fuiste lo que pensé; no eres la luz para saciar mi oscuridad, ni el agua para mi sed acabar, no eres siquiera la semilla que mi apéndice haga fallar. Eres tan poco que no sos siquiera el virus que mi sida desarrollará. Ni la rigidez que mi parquinson terminará.

Ya no quieras inundar mis pensamientos; que mis poros se cerraron para ti, que en mi dieta tus besos no están, no quieras abusar mas de esta loca que tu manicomio no quiere ocupar, no quieras ser mis letras, que ya no tienes tinta ni para tu nombre plasmar y recordar…

Dile adiós a este pez que por tu boca no muere más…

*Sanlo*

jueves, 22 de octubre de 2009

Lo único que me falta para ser feliz es tu presencia. Con solo un abrazo tuyo...


Hoy no quiero hablar de mí.

No son las diez de la noche; y mi cerebro no se hinchó por la cebada, tampoco Julia quiere crecer, sé que no eres la tía Chofi. Es solamente que quiero recordarte. Quiero que sepas lo que eres para mí; eres mi conglomerado de defectos favorito.

Sos el ronquido que aturde mi insomnio observándote. Eres el la lágrima y el sentimentalismo inesperado cuando realmente no es necesario. Eres mi 1100 favorito, eres el rostro inclinado que más amo. Eres el fogón que calienta mi café; eres mi Chabela Vargas líquida saliendo de mis lagrimales y muriendo en mi boca. Eres mi comida de toda la semana; eres el cacaraqueo de las gallinas interrumpiendo mis palabras, eres; a falta de las manos masculinas mi caña pelada lista para ser chupada. Eres tu presencia en cada año más de vida. El chile ancho para mis moles. Eres el sonido de la lira para mi inspiración.

Un momento; ¡no quería hablar de mí! Pero no puedo. Hablar de ti sin mi; no existe. De que me serviría tu dulzura; tu amor; tus palabras de aliento; tu preocupación por mi bienestar; si no fueras para mí. De que me serviría el hecho de que creas en mis sueños; si no anhelara alcanzarlos por ti.

Un día pensé que Dios te puso en mi camino para ser la luz que iluminara mis días; creí que él te había puesto para dar motor a mi vida; cuándo reaccioné, recodé que ese ser no existe.
Por eso llegué a la conclusión de que estas aquí porque eres el gas para mi auto, eres la amarga bilis para mi hígado; eres el intestino grueso para completar el delgado, eres la neurona para mi cerebro; la columna vertebral de mi cuerpo; la uña enterrada que por más que la corte; inevitablemente vuelve a crecer. Eres la luna que vive enamorada del sol, y solo en el eclipse puede reventar para amar.

Doy gracias; no a Dios, no a la vida; no a la genética; no al destino ni a las circunstancias; te doy gracias a ti por dejarme ser parte de tu vida, por quererme como a nadie más.

Te amo; que cuanto te amo? Te amo no mucho; no bastante, te amo lo suficiente. ¿Qué cuanto es suficiente? Suficiente es tener las fuerzas para sumar restando; para amar llorando; como te amo a ti, sin tiempo ni espacio.

*Sanlo*

sábado, 26 de septiembre de 2009

Falta ser muy pendejo para no saber de quien hablo... Y que tú lo quieras ignorar, a sabiendas de que por ti la poeta volvio a resucitar!!!

Te entregue el cuerpo antes que el corazón, has alterado ya mi razón, y mis anhelos de no volverme a enamorar comienzas a perturbar. No son tus ojos que algún día se han de comer los gusanos, tampoco tu piel tan delicada y especial, no es ni siquiera el animal que eres en la cama, ni esa risa tan peculiar.
Es tal vez esa canción que nos hace vibrar, o el chiste que no te puedo contar, y más aun el numero de servilletas que usamos al merendar.
¿Podrías no ser el amigo que solo quiere platicar? ¿O el hombre que solo sexo puede dar? Quiero que tu presencia desnuda en mi cama no sea efímera y fría, quiero que te quedes a cenar, platicar mientras limpiamos nuestros oídos, eso en lugar de solo fornicar.
Quiero hacerte creer otra vez, ser esa musa que tanto anhelas tener, llenarte de detalles al amanecer… ¿Sera tan difícil que me llegues a querer? Tomando en cuenta que tampoco soy tu tipo de mujer, mientras que tú con una sola mirada me puedes enloquecer. . .

domingo, 20 de septiembre de 2009

Prefiero vivir sin amor…

¿Para qué quiero amar? Al hacerlo, hay muchas cosas de las que me puedo lamentar y si en mi poder está; no me pienso arriesgar.
No estoy hablando del amor fraternal; me refiero al efímero: al amor pasional… al que con una mirada se puede lograr y tan solo con una palabra terminar.
El hecho de compartir con alguien mi vida; mil problemas me puede acarrear…
Podría terminar con anemia y al poco tiempo morir, pues si a mi lado estas; de mi cuenta corre que hambre nunca pasarás.
Si te amo; tus besos exigiré y eso peligroso puede resultar, ya que sin darme cuenta; de tuberculosis me podrías infectar.
Si me abstengo y me mantengo sin amor; mi existencia puedo asegurar… quizás al enamorarme mi vida a insegura y peligrosa tornará.
Quién me garantiza que al juntos estar, a la cárcel no podría ir a dar; piensa que si alguien te llega a dañar, por ti hasta podría matara aunque mi libertad tenga que arriesgar.
Ó peor aún; parapléjica quedar, si un día de tanto extrañarte, al verte corra sin cesar y por precaución no tomar, un mal paso pueda dar, y de la caída, como consecuencia; mi cerebro se fragmentará al grado que mi movilidad paralizará.
Pueden llamarme paranoica, pero prefiero detenerme y pensar que tanto daño me puedes causar; así mis actos mido y evito que lo peor me pueda ocurrir.
No; ¡Tampoco soy anormal!, pues nadie imagina cuan grande son mis ganas de amar, a pesar de que la muerte me pueda asediar.
Este mal del que sufro, va más allá de la paranoia y lo anormal; esto que tengo; cobardía se ha de llamar… soy una cobarde al no querer intentar.
Es sólo que tengo miedo; miedo a que puedas morir de obesidad, o que si tuberculosis tenemos; la muerte llegue a ti antes que a mí y vivir en soledad.
Lloro tan solo con pensar que si mi condena tengo que pagar y un cereso habite; nunca me llegues a visitar.
Soy cobarde pues no quiero ni imaginar que cuando mi cuerpo ya no se mueva; quieras sentir una fisionomía nueva; pues de la mía te aburrí.
Soy cobarde; de sobra lo sé, pero me aterra pensar que me llegues a lastimar. Y no hablo de mi cuerpo, pues esas heridas un día cicatrizarán… temo al corazón dañar; pues esas llegas no son fácil de sanar, y con el paso del tiempo en estigmas se convertirán.
Temo a que no me llegues amar a sabiendas de lo que por ti puedo arriesgar.